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¿ Por qué la occidentalización NO ha sido NI es buena para Asia?

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A menudo se utiliza el término «occidentalización» como sinónimo de progreso. Sin embargo, en las siguientes líneas analizaremos por que la «occidentalización» ha traído resultados catastróficos en ciertos países de Asia. El ejemplo más claro de esto es Corea del Norte, cuyo sistema político no es una invención genuinamente asiática sino que responde a los principios teóricos de Carlos Marx.

Antes de empezar a tratar esta cuestión, haremos una pequeña diferencia entre «contacto con occidente» y «occidentalización». Con lo primero nos  referimos a la entrada y aceptación de elementos que se suelen asociar con occidente, como por ejemplo, ciertos productos o, incluso, modos de vida. El contacto con occidente (u otras culturas) produce que, de forma espontánea, se acepten elementos culturales que, en muchos casos, mejoran la vida de la gente y hacen de ciertos países un lugar mejor para los que vienen de fuera.

Taiwán es un buen ejemplo de país en el que se han aceptados productos, costumbres y formas de vida procedentes  de Occidente, en su mayoría de Estados Unidos. En esta isla, por ejemplo, se pueden ver muchísimos Mc Donalds, donde se celebran fiestas como Halloween y abundan los restaurantes italianos. Sin embargo, al mismo tiempo que se produce un grado considerable de aceptación de lo de fuera, se mantienen elementos de la tradición china que en la República Popular de China han desaparecido. El caso más claro es la escritura. En Taiwán se utiliza la escritura china tradicional. Asimismo, muchos de elementos de la religiosidad china que han desaparecido en la República Popular de China se mantienen en Taiwán.

Frente a las costumbres o modos de vida procedentes de fuera que se aceptan de forma espontánea, la occidentalización ha consistido en procesos de modernización de la sociedad dirigidos desde el estado, lo cual dio lugar situaciones de caos con altos grados de violencia, por ejemplo, la Revolución Cultural. Este caos que dejó decenas de millones de muertos y cuyas secuelas llegan hasta el presente fue un ataque contra la tradición. Mao incitó a las masas a destruir todo lo del pasado en la idea de que había que construir la nueva China. Por eso, se destruyeron momentos históricos y se llevó a cabo una campaña contra lo que se relacionaba con el confucianismo. También fueron perseguidas las prácticas religiosas populares que fueron tachadas de supersticiones y se puso a los hijos en contra de los padres. Todos estos ataques contra la tradición produjo uno de los desastres más grandes de la historia de China.

La Occidentalización es una manifestación  de lo que Hayek denominó «la fatal arrogancia». Es decir, la creencia de que una sociedad organizada desde arriba con  mandatos coactivos funciona mejor que una sociedad basada en un orden espontáneo. De esta fatal arrogancia de la que habla Hayek son hijos el nacional-socialismo y el comunismo, ideologías que, de la misma forma que en Europa, padecieron también varios países de Asia.

Afortunadamente, a día de hoy se está produciendo un claro retroceso de esta mala influencia de la falta arrogancia, aunque, por desgracia, todavía queda un régimen comunista en Corea del Norte donde el gobierno organiza toda la vida de la gente sobre la que ejerce el poder. En otros países, también quedan algunos restos de instituciones que responden a la fatal arrogancia de Hayek. Estos países no son sólo la República Popular de China sino otros países habitualmente asociados con el capitalismo como Corea del Sur o Taiwán. Si bien en estos países, los gobiernos fueron muchos respetuosos con la tradición, se llevaron a cabo políticas de carácter estatista, hubo un grado alto de dirigismo de la economía  por parte del gobierno, se crearon numerosas empresas estatales  y se establecieron sistemas educativos altamente centralizados. No en vano, Chiang Ching-kuo, el hijo de Chiang Kai-shek, estudió en la Unión Soviética.

Lao Tsé y Zhuangzi pusieron de relieve no sólo las limitaciones del lenguaje que las palabras y el conocimiento pueden servir al gobernante para fortalecer su dominio. Asimismo, desarrollaron el ideal de la no-acción. Esto es, que el gobernante debía dejar que las cosas siguiesen su curso natural. Dicho ideal fue adoptado por la Escuela Confuciana, cuya ideología fue predominante a lo largo de la historia de China. Confucio rechaza los castigos. El buen gobernante debía ser un modelo de virtud para el resto y comportarse según un modelo de conducta procedente del pasado. Esto es, un modelo de conducta basada en un orden espontáneo producto de una tradición y no de un conjunto de razonamientos lógicos o utopías.

En conclusión, el contacto con Occidente y otras culturas es  bueno. Sin embargo, no todos los países necesitan (ni deben) tener una misma forma de gobierno. Un sistema que funciona en el norte de Europa no necesariamente funciona en Asia o África y viceversa. Asimismo, la sociedad se guía por normas de naturaleza espontánea que son difíciles de verbalizar. El exceso de confianza en la lógica y la razón produce el caos. Es imposible reducir a premisas simples el orden espontáneo de lo social. Este orden espontáneo es producto de una tradición validada por muchos años de experiencia. La occidentalización que se produjo en el siglo XX en Asia Oriental supuso la negación de costumbres y normas sociales producto de tradiciones de cientos o, incluso, miles de años. Esta negación de lo espontáneo sólo trajo caos, pobreza y falta de libertad.

Autor:

Javier Caramés Sánchez 

6 thoughts on “¿ Por qué la occidentalización NO ha sido NI es buena para Asia?”

  1. Personalmente, no puedo estar de acuerdo con lo que se plantea en este texto. La occidentalización, per se, no es ni buena ni mala, sino un proceso histórico más. Que el comunismo chino o el norcoreano beban de las ideas de Marx no significa que Marx y Occidente sean culpables de los desmanes de Mao o de Kim Il-sung. Y tampoco la occidentalización ha supuesto por defecto violencia o caos social. Eso es una visión parcial, pues podemos mirar a la Revolución Cultura, claro, pero también podemos mirar los procesos de occidentalización en Japón o Tailandia y la falacia deja de funcionar.

    Creer que la occidentalización es el origen de todo mal en el siglo XX asiático no es una visión menos eurocéntrica que la contraria. Por supuesto que el colonialismo occidental (y asiático, con Japón de potencia principal) trastocaron el sistema continental asiático, y claro que al introducirse repentinamente (por la fuerza o no) ideas ajenas a las tradicionales hay un proceso de adaptación que puede derivar en violencia o caos. O no. Depende.

    La realidad es que los pueblos asiáticos fusionaron sus culturas con lo que les estaba llegando de Occidente, de la mejor manera que pudieron o creyeron, y finalmente la historia devino así como podría haber sido de otra manera. La herencia occidental pudo traer utopías y guerras (el confucianismo es tremendamente utópico, por cierto. Todo lo que se ha puesto en el texto es teoría, ¿o los emperadores chinos eran todos modélicos y no castigaban a nadie?), sin duda, pero también trajo la medicina, la ciencia, la apertura al mundo, nuevas filosofías, oportunidades, la ruptura con un inmovilismo férreo que estaba pudriendo buena parte de las sociedades asiáticas…

    Copio el último párrafo: “El exceso de confianza en la lógica y la razón produce el caos. Es imposible reducir a premisas simples el orden espontáneo de lo social. Este orden espontáneo es producto de una tradición validada por muchos años de experiencia. La occidentalización que se produjo en el siglo XX en Asia Oriental supuso la negación de costumbres y normas sociales producto de tradiciones de cientos o, incluso, miles de años. Esta negación de lo espontáneo sólo trajo caos, pobreza y falta de libertad.”

    Si de verdad el autor piensa eso, preocupante me resulta. No hay ningún orden espontáneo de lo social si es producto de una tradición. Eso no es espontaneo. Eso es rigidez, tradición, cultura… Exactamente igual que en Occidente. Occidente no es la tierra de la razón y Oriente la de la tradición, sino que todos formamos parte de tradiciones distintas, lo que lleva a lógicas distintas y valores distintos. Y cuando ambos chocan, uno tiende a imponerse, pero sólo si la sociedad receptora está dispuesta, por fuerte que sea el invasor. La occidentalización no fue la negación de nada, sino la primera vez en muchos siglos que esos pueblos asiáticos se enfrentaron a formas de ver el mundo distintas (distintas, ni mejores ni peores) que las que les venían enseñando intransigentemente desde tanto tiempo atrás. Los chinos republicanos niegan la tradición imperial porque quieren (1º) y porque tienen nuevas opciones políticas y filosóficas ante las que posicionarse (2º), no porque a Occidente le diese por ser cada vez más republicano. La transformación era inevitable, porque ante nuevas visiones, las contradicciones de tu propia cosmovisión relumbran como soles.

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  2. En este artículo comento que existe una diferencia entre «occidentalización» y «contacto con occidente» El primero de los términos hace referencia a proceso por el cual se intentó cambiar de forma forzosa instituciones políticas y sociales para que se pareciesen a las occidentales ( o más bien, a lo determinadas personas consideraban que era occidente) mientras el que el «contacto con occidente» lo que produce son transformaciones que dan lugar a nuevos hábitos culturales que surgen de forma espontánea. La idea de transformar una sociedad desde el poder político es producto de lo que Hayek llamó la fatal arrogancia. La occidentalización es una manifestación más de esto, de la misma forma que el comunismo y el nacionalsocialismo. No hablé de Japón, pero sí, Japón es un ejemplo más de lo nociva que resultó la occidentalización. Antes de que Japón se occidentalizase, era un país que, aunque era cerrado, no tenía una política demasiado agresiva. Sin embargo, ¿ Qué sucedió en la primera mitad del siglo XX después de unas décadas de occidentalización? Que inició un expansionismo que dejó por el camino millones de muertos.

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  3. ¿ La tradición no es un orden espontáneo? ¿ Entonces qué es? ¿ Quién crea la tradición? La tradición no es producto de la creación de nadie. Se puede decir que hay textos de referencia en una tradición, por ejemplo, las Analectas de Confucio pero no un creador. El orden espontáneo es un sistema de normas sociales que no han sido creadas por nadie. ¿ Pueden ser estas rígidas? No, exactamente. Las normas espontáneas son rígidas en el momento que se plasman en leyes que realizan una interpretación de lo que estas normas son. Por ejemplo, las normas espontáneas que regulan la relación entre padre e hijo, si no se convierten en leyes escritas de obligado cumplimiento pueden evolucionar. De hecho, esto es lo que sucede cuando no se intenta dirigir a la sociedad desde el estado . Sin embargo, en el momento en que se ponen en forma de leyes interpretaciones de normas espontáneas, lo que tenemos es una sociedad rígida. Yo no he dicho que Occidente sea la tierra de la razón y oriente la de la tradición. Lo que he dicho en este artículo es que la Occidentalización es producto de la fatal arrogancia que, insisto, es la idea de que se puede transformar la sociedad desde arriba en base a mandatos coactivos. La Occidentalización es una variante más de la fatal arrogancia que consiste en transformar violentamente una sociedad en una cosa que responde a lo que unos líderes consideran que es Occidente.

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  4. Yo no estoy defendiendo el sistema imperial. Es más, empecé el artículo resaltando que el «contacto con occidente» fue bueno. Posiblemente, los hechos no pudiesen haber ocurrido de otra forma pero eso no quita que las transformaciones políticas que se hicieron intentando imitar a Occidente dejasen millones de muertos por el camino. Debido a su posición geográfica, los avances técnicos que se desarrollaron en Occidente llegaron tarde a China. Considero un error atribuirle esto a la supuesta cerrazón del sistema imperial. Es cierto que hubo emperadores muy cerrados pero también los hubo muy abiertos. Tampoco, hay que dejar de lado que lo que quedó patente en el siglo XIX fue el retraso de la dinastía Qing en lo militar ¿ Cómo tendría que haber sido la historia? No lo sé. Posiblemente, lo que ocurrió no pudo ser de otra manera. Pero, lo que sí tengo claro es que las transformaciones violentas que se hicieron en determinados países de Asia fue una manifestación más de la fatal arrogancia.

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